domingo, 28 de octubre de 2007

Faltó garra, y buena punteria...

Y me verás volver...
Con golazo del “Chorrillano”, Sporting Cristal venció anoche 1-0 a Universitario

Cuando los 28 minutos del segundo tiempo estallaron y, por un momento, todo el Nacional cincuentón lo vio jovencito de nuevo, pensé que debajo de esa camiseta azul celeste había un polo rojo idéntico al que por su culpa compré hace años. No había tal. Había la camiseta triste y gris de un jugador inacabable. Ayer cuando sus piernas chuecas de pericotero veterano corrieron hacia el balón y no hicieron el esfuerzo de elevarlo hacia el cielo, entendí que había vuelto, en el mismo estadio donde hizo sus mayores hazañas.

Regresó incluso su discurso presidenciable en el que al final del partido pide selección, sin decirlo, a ese tipo que en el palco del Nacional estudia a qué “diez” convocar para enfrentar a Brasil, Ecuador y sus miedos. Y, supongo, lo encontró.

Ese diez estaba escondido bajo la piel arrugada de un jugador instalado en el incómodo sillón de jubilable. Hizo lo imposible para llegar a un balón y vencer con su experiencia de su cabeza a la inocencia de Gary Correa, quien le soltó la marca, y la de Raúl Fernández que jamás salió a cortar el centro.

Sin embargo hasta que los 28’ del segundo tiempo estallaron y, por un momento, todo el Nacional cincuentón lo vio jovencito de nuevo, Sporting Cristal pudo encontrar la manera de salir de ese hoyo negro donde radica hace meses coqueteando con el descenso en medio del cántico infame de “Y tú te vas, / te vas, te vas, te vas / te vas pa’ la Segunda / y no vuelvas nunca más”.

Pero Cristal es uno de esos equipos que no se quieren ir. Que brega aprovechando la imprecisión de Neyra en la primera parte con la buena labor de Rainer Torres, falto de fútbol pero enterito, por fin. Mientras que en la segunda mitad fue la velocidad de los rimenses la que se volvió en contra de una “U” cansada, en la que ni el trajín de Gary Correa o el intento de Luis Núñez por suplir a Mayer Candelo pudo hacer demasiado.

Universitario jugó hasta con tres delanteros los últimos minutos tratando de forzar un empate para el que no había argumentos mayores que las pocas ganas que mostraba el elenco crema. Fassi y Anchante para entonces habían descubierto después de mil ensayos que su trabajo es impedir como se pueda el trabajo de la delantera crema.


Y entonces vimos todos el polo del “Chorri” que era uno gris, opaco, con vivos azules. No era esa camiseta sin marca que decía “Te Amo Perú”. Debió decir “Te Amo Cristal”, sin ninguna alusión juerguera. Era la referencia a un equipo que acaba de sacar del fondo, nadie sabe cómo. Es la ilusión de un jugador que quiere regresar a la selección.

ÁNGEL HUGO PILARES





























































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