miércoles, 24 de octubre de 2007

Sigue en lo mismo, la U no sabe ganar de local...

Se le quemó el plan
La “U” había apostado fuerte para ganar y ponerse segundo en el Clausura. Estaba arriba 2-1, pero a poco del final Melgar le empató 2-2

ANGEL HUGO PILARES Cuando era niño fui al circo. Ese circo, como todos, tenía una carpa y la carpa una jaula. Adentro había un león de aspecto lastimero que cuando salía al escenario hinchaba su pecho plano, sacaba unas garras recortadas y mostraba sus dientes de punta roma que no podían hacerle daño a nadie. Asustaba, pero la fiera no era tal.

Una fiera de verdad debe ser como Hurtado: un ser vivo no domesticado que ronda en el área hasta que llega el momento de dar el zarpazo con una garra que estaba contraída y sólo aparece en el momento en que es necesario. No como el monstruo crema que acabó sucumbiendo al empate a pesar de haber intentado morder (casi) sin éxito.

Pero Universitario fue ayer una fiera de esas, que luego de vivir a sus anchas caen atrapadas por la red que ha tendido un cazador que consiguió lo que necesitaba. Y a la que luego le limaron los dientes para que en el espectáculo aparentara un ataque constante que nunca pudo asesinar a su rival.

Sucedió en ese minuto 42 del segundo tiempo, cuando el partido lo iba ganando la fiera crema por 2-1, pero sin poder comerse a su víctima diezmada por un hombre menos. Fue cuando a Rivelino Carassa se le ocurrió anotar delante de la pasividad en la marca de Galliquio y con la mala suerte de Gonzales Vigil, un lobo que pivoteó en contra de su arco y permitió el tanto del empate.

Eso no contradice el desliz de Mayer Candelo, el mismo volante que salió cambiado en el segundo tiempo, tanto por su desempeño como conductor como por los gritos en plena canchita de fútbolnet: “(Gareca) siempre quiere ganar. Por eso nos cobra todo en contra”. Por eso el esquema de su DT fue tan ofensivo. Por eso empezaron cobrándole a la “U” a favor.

Del penal de Universitario no queda dudas. Me causa más incertidumbre la posibilidad de que Georges Buckley no hubiese cobrado el segundo penal de la noche, a favor de Melgar, si es que veinte segundos antes Fano no festejaba el primer gol merengue. Apenas habían pasado 20 segundos entre el festejo de Fano y el pitazo por la falta de Galliquio y Universitario había fallado tantos goles que su tanto parecía un regalo.

Sin embargo, la fiera Hurtado hizo lo que todos los jugadores de Universitario habían intentado sin éxito: Meter un gol por méritos propios, lo que parecía suficiente para comerse una presa que no pudo hacer mucho por librarse de su cruel destino. Pero no fue así.

La fiera de Ricardo Gareca aún no saca las garras. Me sigue recordando a ese león dormido de mi circo de infancia, que murió seguramente en una jaula sin haber matado ni una mosca para sobrevivir. Un triunfo, sólo uno, será suficiente para decir que la fiera rugió.

Fuente: http://elbocon.com.pe/Universitario_desarrollo.php?nota_id=18986&nota_seccion=

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